jueves, 7 de septiembre de 2017

PANTEÓN del INGLÉS en CUETO


La realidad a veces es bastante aburrida y casi siempre decepciona por eso elegimos distorsionar los hechos para soñar despiertos con historias fantásticas.

En una dimensión a mitad de camino entre la fantasía y la realidad muchas veces preferimos soñar tratando de encontrar algo que nos haga sentir que, en nuestro ir y venir por la vida, existen las historias mágicas. 


Todo lugar tiene su leyenda particular; de este modo os presento la historia del Panteón del Inglés, un Monumento, que no alberga restos humanos, simplemente se erigió por un trágico suceso en recuerdo de una gran amistad.

El Panteón del inglés está situado en la localidad cántabra de Cueto (Cantabria) a escasos metros del acantilado que castiga el embravecido mar Cantábrico, entre el puente del Diablo y la playa de El Bocal, cerca de donde se encontraba el Semáforo de Cueto, que fue el segundo en funcionamiento de España después de Tarifa.

José Jackson Veyán era el telegrafista del semáforo y su amigo inglés, Willian Rowlan pasaban juntos los veranos. En uno de sus paseos a caballo el tremendo ruido de una ola de un Cantábrico embravecido, asustó al caballo de Willian Rowlan que lo arrojó al suelo con la desgracia de sufrir un fuerte golpe en la cabeza que le produjo la muerte instantánea.


Sobre el acantilado y próximo al sitio que ocupaba el Semáforo de Cueto se erige el monumento funerario obra de Serafín Llama, por encargo de José Jackson Veyán y en su interior una placa que dice:


“Esta edificación fue encargada por D. José Jackson Veyán, jefe de las instalaciones telegráficas del semáforo de Cueto desde 1877 a 1909 y famoso autor teatral de la época...”

En fin, es posible que sin sus leyendas, el Panteón Inglés pierda parte de su encanto. Pero la verdadera historia que motivó la construcción de este monumento funerario no deja de ser igual de impresionante y emotiva.


La zona donde se encuentra el panteón es uno de los rincones con encanto. Muy cerca está El Faro de Cabo Mayor y su mirador con las mejores vistas del mar Cantábrico.